Ya por mayo del año pasado hablábamos en este blog de la
eficiencia en el lugar de trabajo, de la necesidad de que el mismo fuera
eficiente, abordaré en este nuevo post una realidad social que se impone en
este nuevo entorno laboral y social en el que nos encontramos inmersos
El
Pleno del Congreso de los Diputados aprobó en junio del año pasado una nueva
legislación laboral que consagra una nueva regularización de los horarios haciéndolos
más flexibles
El
texto legal final amplía del 5% al 10%
la parte de jornada que la empresa puede distribuir de manera irregular
a lo largo del año. Así mismo regula el absentismo, el despido por causas
objetivas en caso de absentismo ha sido modificado con el establecimiento de un
periodo de referencia de un año
para computar las ausencias del empleado, dando así una seguridad jurídica
mayor, a este respecto la necesidad de controles de accesos
que nos proporcionen datos fiables de asistencia resulta fundamental.
Esto en lo tocante al desarrollo legal, por otro lado los
empleados esperan de las empresas cada vez más políticas de beneficios. Pero ¿Cómo
implementar los horarios flexibles, controlarlos etc?
Para encontrar un equilibrio entre las necesidades del
personal y los beneficios de las compañías, el método más valorado es el de horarios
flexibles, por su mínimo costo, la mayor satisfacción de los empleados, una
mayor productividad y un mejor clima laboral.
El horario flexible es un plan que permite a los empleados
establecer su jornada laboral. Se llama horario flexible porque los
trabajadores determinan con flexibilidad su hora de entrada y de salida. Al
hablar de flexibilidad nos referimos a una mejor distribución del tiempo de
trabajo, y no a menor cantidad de horas.
Por otra parte, al contar los empleados con la posibilidad de
establecer sus horarios se reduce el absentismo, del mismo modo, las horas
trabajadas son más productivas y la desaceleración productiva hacia el final de
la jornada es menor.
Para optimizar este tipo de jornada se debe contar con
ciertos requerimientos técnicos sobre todo en el control de accesos y
presencia.
Cuanto mayor sea la flexibilidad del programa de horarios,
mayores serán los beneficios que genere.
Aunque lógicamente debería de haber un sistema de medición por parte de la
compañía que permita verificar la cantidad de horas trabajadas, por ejemplo a
través de un controlador
de presencia.
Según un informe de la Fundación Europea para el Mejoramiento
de las Condiciones de Vida y de Trabajo, de la Unión Europea, Suecia ocupa el
segundo lugar en trabajo flexible, en este país comenzaron a adoptar los
horarios flexibles en los años 60, allí
los empleadores pronto advirtieron que ese sistema generaba mayor
productividad, menor absentismo y personal más contento.
Podremos optar entre utilizar el horario fijo variable, el
horario flotante y el horario libre.
El primero está caracterizado por el ofrecimiento del
empresario de una pluralidad de horarios, de entre los cuales el trabajador
elige libremente el que más le convenga. Dicho horario se convierte desde
entonces en obligatorio para él.
En el segundo el trabajador elige el momento de entrada al
puesto de trabajo dentro de un margen preestablecido para ello.
A partir de su hora de entrada, debe mantenerse en su puesto
el mínimo de horas fijadas.
Por último, en la modalidad de horario libre, el empleado
administra y gestiona su tiempo de trabajo, cumpliendo los resultados que la
organización espera de él en todo momento.