martes, 7 de octubre de 2014

LIDERAZGO ADAPTATIVO.


Ronald Heifetz junto con Marty Linsky y Alexander Grashow nos hace en “La Práctica del Liderazgo Adaptativo”, una propuesta enormemente atractiva .

Tal y como sucede en el campo de la biología, el Liderazgo Adaptativo es un proceso de selección. Es un proceso conservador y progresista al mismo tiempo, tenemos que conservar aquello que funciona, y debemos ser capaces de cambiar para encontrar aquello que nos permitirá sobrevivir en el futuro.  No se trata, por tanto, de cambiarlo todo, sino de ir evolucionando, de cambiar con agilidad, de adaptabilidad ante los nuevos retos.

El Liderazgo Adaptativo no consiste sólo en cambiar. De hecho, si acudimos al campo de la biología podemos comprobar que la naturaleza conserva la mayor parte del ADN anterior. Esto mismo aplica a nuestras organizaciones y a nuestra vida profesional, en las que debemos ser capaces de identificar aquello que deseamos conservar, normalmente lo mejor de nuestra experiencia anterior. En muchos casos se ignora esta premisa y se concentra toda la ccion de la organización exclusivamente en el cambio. Olvidando así una parte fundamental de su labor: recordar a la gente que un proceso de cambio también implica una gran reflexión constructiva sobre lo que se ha de preservar.

Este es el motivo por el que es preferible hablar del Liderazgo Adaptativo como movilización de los trabajos de adaptación, más que como cambio transformacional.

La experiencia en sectores donde el legado acumulado a lo largo de los años es especialmente poderoso nos demuestra que la palabra “transformación” ha adquirido una cierta connotación negativa capaz de bloquear los cambios deseados. La explicación de este rechazo es bien sencilla: el concepto de transformación está asociado a una creación totalmente nueva, y la organización interpreta esta apuesta como una negación total de la historia y la cultura anteriores.

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