Sal de tu
“Zona de Confort”. Dedica una parte de tu tiempo a explorar
la nueva realidad y a encontrar las tendencias que en un futuro próximo
afectarán a tu vida, a tus mercados y a tu organización. Interactúa con
la nueva realidad, lo esencial es acceder a las nuevas conversaciones que han
surgido en la Web y participar en ellas de forma activa.
Atrévete con los desafíos adaptativos. Identifica la brecha
existente entre las expectativas de la organización y la realidad. Separa los
desafíos adaptativos de los problemas técnicos. Ya has visto que ambos precisan
de soluciones totalmente diferentes. Plantea los nuevos retos a la organización
y realiza las preguntas adecuadas para que entre todos podáis encontrar una
respuesta colectiva.
Preserva lo mejor de ti. El Liderazgo Adaptativo tiene una parte
experimental y de cambio, es cierto, pero también tiene una parte importante de
selección y conservación. Tal y como nos recuerda Heifetz, muchos líderes se
olvidan de recordar a su gente que un proceso de cambio implica una gran parte
de reflexión selectiva sobre lo que se debe conservar. Se trata de cambiar un
poco para que cambie todo.
Trabaja mediante iteraciones. Vivimos en un escenario de gran
incertidumbre. Las soluciones ya no aparecen como resultado de un plan
milimétrico, sino que emergen a medida que iteramos con la realidad y nos
adaptamos a las nuevas exigencias que van surgiendo. Así que elimina la
presión. Considera que tus decisiones son temporales. No te detengas. Decide y
sigue adelante. Deja que el proyecto crezca. Debes ser capaz de apartarte del
plan cuando descubras realidades que nos habías sido capaz de prever.
Innova en la gestión, impulsa la colaboración. Crea organizaciones más pequeñas, ágiles y transparentes, abiertas al
cambio y la innovación. Crea nuevos espacios, procesos y herramientas que
permitan la colaboración dentro y fuera de las fronteras de la organización.
Apuesta por las estructuras redárquicas -frente
al tradicional modelo jerárquico- para sacarle el máximo partido a las
oportunidades de colaboración.
Crear una cultura de conversaciones valientes. En un período de sostenida incertidumbre, los temas más difíciles deben ser
discutidos y nunca ocultados. Los “disidentes” pueden proporcionar información
crucial, realmente útil para el cambio, así que deben ser protegidos de la
presión que la organización tiende a ejercer sobre ellos para que permanezcan
en silencio. Hoy más que nunca los ejecutivos necesitan escuchar a las voces
positivamente discrepantes, siempre en un marco de lealtad corporativa y
asunción de riesgos. En un mundo incierto y en continuo cambio, la estabilidad
es una “carga” más que un activo.
Lanza tus “bote salvavidas”, o lo que es lo mismo, introduce
pequeñas iniciativas de innovación que te permitan experimentar las tendencias
emergentes sin que esto afecte de forma negativa a la estabilidad del
“portaviones” (el grueso de la organización). De esta forma la organización
puede seguir su camino sin poner en riesgo sus objetivos operativos, al tiempo
que empezamos a crear las nuevas competencias que nos ayudarán a conseguir
nuestra viabilidad futura. Así ambos modelos conviven con distintos fines y
quizá distintos ciclos de vida. Esto nos permite gestionar los riesgos de la
innovación. Lo que bajo ningún concepto podemos hacer es quedarnos inmóviles,
paralizados, en un momento en el que las necesidades de nuestros clientes y los
modelos de creación de valor de nuestros mercados han cambiado de forma
substancial.
Construye los nuevos mapas. Encuentra el tiempo que necesitas para
explorar el futuro, para descubrir los nuevos retos y reflexionar sobre el
impacto de los cambios en tu organización. Recuerda que estás explorando un
escenario completamente nuevo, y que los enfoques y los esquemas mentales del
pasado ya no sirven. Necesitamos construir los nuevos mapas porque, para gestionar
el futuro, “lo que no sabemos “es más importante que “lo que sabemos”.
Evita los passion killers. Un profesional con pasión por lo que
hace, con energía positiva y ganas de aprender es preferible a un “genio”
pesimista y desanimado. La clave está en evitar las prácticas y costumbres que
acaban minando la energía positiva de la organización.
A modo de resumen. El Liderazgo Adaptativo exige movilizar
a las personas para que asuman las nuevas realidades y se enfrenten a los
nuevos desafíos planteados por la Era de la Colaboración. Se trata de aprender
colectivamente, de cambiar prioridades, actitudes y comportamientos con el fin
de prosperar en un mundo incierto, cambiante y cada vez más complejo. A corto
plazo debemos movilizar a las personas para superar los desafíos inmediatos, y
a largo plazo debemos ser capaces de generar los nuevos genes, la nueva cultura
que nos permitirá prosperar en el futuro.
En palabras de Michael
Hammer, del Massachusetts Institute of Technology:
“El secreto del éxito
no es prever el futuro, sino crear una organización que prosperará en un futuro
que no puede ser previsto”
No hay comentarios:
Publicar un comentario