La identidad define
quién es realmente la marca y cómo es percibida por su público objetivo. Es
decir, la identidad de una marca son los atributos y elementos identificables
que la componen y cómo son percibidos e interpretados por las personas que
entran en contacto con la marca.
La identidad es la esencia de la marca.
La identidad consta
de dos aspectos:
·
La personalidad de la marca es el conjunto de
características que han sido cuidadosamente elegidas para y por la marca, o lo
que es lo mismo, quién ha decidido ser la marca, cómo la marca se ve a sí misma
y cómo quiere ser vista por los demás.
·
La imagen de marca es la manera en que la
marca es vista por las personas que entran en contacto con ella. La imagen de
marca se desarrolla en la mente de las personas, a través de las percepciones
que genera la forma en que la marca se proyecta a sí misma y cómo se relaciona
con su entorno y sus grupos de interés. La imagen, es la interpretación pública
de la personalidad de la marca.
·
Podemos destacar tres preceptos para crear
una identidad de marca sólida:
o
Claridad en la elección de la personalidad de
la marca y la imagen proyectada de cara al público.
o
Consistencia y mantenimiento de la
personalidad elegida y la imagen que recibe el público.
o
Constancia y relevancia en el mercado
seleccionado a lo largo del tiempo.
En su obra “Marcas y
relatos. La marca frente al imaginario cultural contemporáneo”, Bruno Remaury analiza
las relaciones de las marcas con los relatos y niega que estas se hayan
convertido en relatos en sí mismas. En lo que respecta a la identidad de las
marcas, los relatos relacionados con personajes, sirven para generar arquetipos
que luego las marcas pueden instrumentar para acercarse a sus clientes y lograr
que se identifiquen con sus propuestas.
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