domingo, 9 de enero de 2011

La percepción

Me gustaría hablar hoy de la percepción, pero no como sujeto activo de la misma sino como sujeto pasivo.
No hace muchos días les explicaba a unos alumnos que en realidad las certezas absolutas sobre algo solo dependen de las percepciones, si a un sujeto otro le identifica inmediatamente como líder, aunque carezca de todas y cada una de las cualidades que creemos que deben de adornar aun líder, surge en ese mismo instante el liderazgo, de la misma manera que si en nuestro mejor producto el consumidor no percibe ninguna de las cualidades que tiene o que debería tener , no hay nada que discutir en realidad para este consumidor no las tiene.
Esto en resumen se definía con un viejo aforismo, según Plutarco en sus "Vidas paralelas", un patricio romano llamado Publio Clodio Pulcro, dueño de una gran fortuna y dotado con el don de la elocuencia, estaba enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César.
Tal era su enamoramiento, que en cierta oportunidad, durante la fiesta de la Buena Diosa (celebración a la que sólo podían asistir las mujeres) el patricio entró en la casa de César disfrazado de tocador de lira, pero fue descubierto, apresado, juzgado y condenado por la doble acusación de engaño y sacrilegio.
Como consecuencia de este hecho, César reprobó a Pompeya, a pesar de estar seguro de que ella no había cometido ningún hecho indecoroso y que no le había sido infiel, pero afirmando que no le agradaba el hecho de que su mujer fuera sospechada de infidelidad, porque no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo.
Esto es, sin percepción no hay hecho, si no nos perciben como líder no lo somo, si nuestro producto no se percibe en lo que vale no lo vale.
Por lo tanto debemos de trabajar no solo las cualidades objetivas, sino también las subjetivas, la percepción que otros tienen de nosotros va íntimamente ligada a la imagen que transmitimos.
No solo debemos de ser lideres y esforzarnos en dominar la técnica y las virtudes del liderazgo, debemos proyectar la imagen de líder, se nos debe percibir como lideres.
A su vez nuestro trabajo o nuestros productos deben de ser fiel reflejo de la imagen que queremos transmitir.
Pero si para todo esto debemos emplear técnicas de marketing que ayuden a que la percepción que ofrecemos sea la óptima es el momento de hacerlo.
Es una verdad tan simple como que lo que no percibimos no existe.
Un saludo y hasta la próxima

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo contigo.
    Todos hemos conocido en nuestras carreras profesionales (y en nuestra vida personal) personas que "se venden muy bien".
    Y aunque, repito, suscribo todo lo que has escrito, para mi siempre ha sido un arma de doble filo.
    La percepción inicial de lider, genera unas expectativas si te toca trabajar con él. Y cuando percibes la realidad, la decepción te provoca un rechazo. Te lo digo por experiencia.
    Si generamos percepción de algo, cosa que hay que hacer, debemos tener un fondo que no provoque decepción. Ya sabemos que "cuesta más recuperar un cliente perdido, que ganar uno nuevo".
    Sé que esto es lógico, como todo el management, pero hay gente que lo olvida.
    Y entonces piensas eso de "que te compre quien no te conozca"

    Saludos

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